30 de noviembre de 2012

Hilos de sange (una visión BDSM)



El húmedo calor de tu aliento
recorre las pardas lágrimas de carmín
que serpentean hasta mis pies sin vestir.

Hilos de sangre escapan de mí,
heridas las tersas aureolas de mi feminidad,
por ilusiones de plata que calan mi alma.

Siento apenas que punzan el motor de mi pasión
y que mis gemidos se ahogan
sin llegar a brotar de mis labios desérticos,
pues no permites que escape mi hálito de su prisión.



Sacia mi sed, amo, si te place,
pues desfallecen mis sentidos
y solo tus ataduras me sostienen.

Solo tú escuchas mis mudas súplicas,
pues me delata el trémulo movimiento de mi piel
bajo tus lacerantes caricias de cuero.

Tus hirientes y placenteros abrazos de soga
contienen mi débil carne, que es tuya.
Y para ti es, de alma despojado,
mi corazón aletargado.
Mi sangre es ahora tu alimento
y tu estremecimiento estalla en mi interior.

Siento mi exiguo palpitar entregado
a tus hirientes y dedicados cuidados,
paliado el dolor desgarrado por tan meloso tormento;
privada la vista de errantes distracciones;
inalcanzable el paladar por tu albedrío;
minado mi oído por tus punzantes susurros.

Intuyo serena tu presencia tras las  garras que me hieren,
aún no siendo tú en ellas,
y domas con ellas mi piel grana.
Cancerbero de mi humillación,
en tu cárcel soy esclava.



Amo, solo así mi espíritu escapa de su prisión banal y mortal.

Amo, solo así, servil, extenuada y doliente, soy feliz.








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